El Consejo Nacional de Seguridad CNS, trabaja en la coordinación entres sus instituciones miembros, define estrategias conjuntas y asesora al Presidente de la República.
En cuarenta y tres días de gobierno el consejo se ha reunido cinco veces. Esto denota la visión del Presidente de la República Bernardo Arévalo de promover el resurgimiento del Consejo Nacional de Seguridad como ente de análisis, planificación y diseño de estrategias que guíen la toma de decisiones en materia de seguridad.
En relativo corto tiempo el CNS ha promovido acciones en materia de seguridad ciudadana con requisas y operativos para enfrentar la ola de extorsiones, así como la gestión ante los efectos de la sequía propia de los primeros meses de este 2024 que han provocado a la fecha de esta publicación más de treinta incendios en todo el territorio nacional.
Las acciones conjuntas de los miembros del CNS han permitido ejercer control sobre los incendios, incluido el lamentable siniestro en el volcán de agua.
El CNS ha evaluado que las capacidades de las instituciones están en posición de reducir los estragos, se elaboran planes pues el clima seco y temperaturas altas continuarán hasta abril o mayo.
La dirección de las operaciones está a cargo de CONRED donde su secretaria y subsecretaria dirigen con efectividad los esfuerzos interinstitucionales con el acompañamiento cercano del resto de los miembros del CNS.
Los integrantes del CNS son: El
Presidente de la República, la Vicepresidenta de la República, El Ministro de
Relaciones exteriores, El Ministro de la Defensa, El Ministro de Gobernación,
el Secretario de Inteligencia Estratégica y el Procurador General de la Nación.
La secretaría técnica del CNS trabaja para coordinar entre
instituciones las decisiones que el consejo estima conveniente.
El CNS hace un llamado a los ciudadanos que necesitan efectuar
la práctica ancestral de quema de vegetación para preparar sus terrenos para
siembra (proceso conocido como roza) para que lo hagan de manera responsable,
con las medidas necesarias para que el fuego no se extienda y – como lo indica
la ley – en conocimiento de autoridades locales (Ley Forestal, Decreto 101-96 y
el Reglamento para la Prevención y Control de Incendios Forestales, Acuerdo
Gubernativo 185-2013).
El fuego elimina plagas y patógenos que afectan los cultivos y
las cenizas liberan nutrientes esenciales para las plantas, pero se corre el
riesgo de provocar incendios que pueden producir desastres ecológicos, pérdida
de biodiversidad y hábitats naturales, afectando flora y fauna. No sólo se pone
en riesgo la vegetación, sino que la vida animal que habita las áreas que se
incendian.
Otros efectos negativos es que se contamina el aire y causa
problemas respiratorios. La capa del suelo es eliminada y aumenta la erosión.
Existen alternativas a la “roza” del terreno como la utilización
de maquinaria para eliminar vegetación y el uso de herbicidas y abonos
orgánicos para mejorar la fertilidad del suelo.
Guatemala avanza, es responsabilidad de todos preservar su medio
ambiente.